martes, 18 de abril de 2017

Nelly Furtado | The Ride (2017) | Review


Un regreso un tanto inesperado 

Hace poco más dos semanas que se estrenó el nuevo álbum de Nelly Furtado, titulado The Ride, pero no había tenido tiempo de sentarme a escucharlo detenidamente hasta el otro día, ya que previamente lo escuché un par de veces pero de fondo mientras terminaba algunos trabajos y no le presté suficiente atención.

Se trata de un disco muy diferente, pero a la vez muy parecido, de lo que Nelly nos ha presentado anteriormente, trayendo de vuelta esos sonidos más indies que la metieron de lleno en la escena Pop en el año 2000.


Aunque no es la primera vez que nos muestra este tipo de sonidos, sí que es la primera vez que lo hace ignorando por completo el sonido actual, presentando un trabajo completamente ajeno a las tendencias musicales del momento, lo que lo convierte en su primer trabajo completamente indie.

En ese sentido me gusta mucho el disco, ya que una vez más hemos visto a Nelly haciendo lo que le da la gana y tomando las riendas de su carrera sin preocuparse por el éxito que pueda llegar a tener, pero por otro lado, este no es mi estilo de música y en ese sentido me ha decepcionado un poco.

Hace ya 10 años que salió a la venta Loose, mi disco preferido de Nelly y, en mi opinión, uno de los álbumes más revolucionarios de la historia del Pop y esa es a la Nelly que llevo soñando volver a ver algún día.

Su álbum anterior, The Spirit Indestructible, que fue lanzado en 2012, ya me decepcionó un poco, ya que tenía mucho potencial, pero se quedó en una mezcla rara entre comercial e indie que no acabó de cuajar.

Aún así, este anterior trabajo tiene temazos rescatables como Big Hoops o Waiting For The Night, pero de este nuevo álbum la verdad que hay muy pocas canciones memorables y la mayoría se funden  unas con otras y no destacan.

Mis preferidas han sido, en su mayoría, las que ya nos había presentado anteriormente, destacando Cold Hard Truth, que en mi opinión es la mejor canción del disco, y Pipe Dreams. De las que no habíamos escuchado hasta ahora me gusta mucho Phoenix, pero tampoco es que la vea como un tema que seguiré escuchando de aquí a 10 años como todas y cada una de las canciones de Loose.

En definitiva, es un álbum cuyo concepto está muy bien y apoyo completamente a los artistas que hacen la música que quieren y cuándo quieren, pero este no es precisamente mi estilo y a mí se me ha hecho algo aburrido.

Eso sí, para estudiar, trabajar, leer o hacer cualquier otra actividad mientras lo escuchas de fondo está muy bien, ya que es un disco bastante tranquilo y, como ya dije antes, las canciones están muy bien enlazadas y ni te das cuenta de que el disco avanza.

Nota: 7/10

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